Concurso para la Rehabilitación y reuso de la Imprenta Blasco para Museo.
UTE con Ángel Peropadre arquitecto.
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Propuesta de intervención.
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A la vista de las dimensiones del programa a desarrollar podría considerarse escasa la superficie dedicada a su desarrollo, máxime teniendo en cuenta que en Ayuntamiento es propietario de todo el inmueble y de que, como se ha expresado anteriormente, los pisos habitados son sólo una minoría. Cabría por ello plantearse la posibilidad de un mayor aprovechamiento del edificio a favor del Centro de interpretación del Libro. Quizá en ese sentido se expresa la propuesta cuando se refiere a ese mínimo de metros que “siempre podrían ir al alza”.
No obstante, el planteamiento presente no va a exceder del ámbito físico que se indica en la documentación aportada por el Ayuntamiento para la convocatoria del presente concurso.
Se cita en varias ocasiones en la “Propuesta” facilitada por el Patronato de Educación y Bibliotecas el Museo de Imprenta de Heildelberg como referencia inexcusable de una colección de calidad de maquinaria de imprenta. Podría además, a la vista de ese documento recordarse el taller de Plantin-Moretus de Amberes, vestigio excepcional de la mejor época de la imprenta en Europa. Aunque la cantidad y calidad del material reunido en la imprenta adquirida por el Ayuntamiento no sean comparables con los centros de Heildelberg y Amberes, sí que podrían ser tenidos en cuenta tales antecedentes para centrar la intencionalidad del presente proyecto.
Se considera, en primer lugar, que la colección de material de cuyo inventario de dispone no tiene pleno sentido si no está en perfectas condiciones de uso. El ambiente del taller, la preservación que se sugiere del sucinto mobiliario de acceso, invitan a mantener el criterio de que el visitante que acceda a las naves, no entre en un museo sino en una verdadera imprenta con sus máquinas engrasadas y en perfectas condiciones de uso. Por ello, en la idea de proyecto que aportamos no se prevé la reducción de la superficie de trabajo ni la desambientación por cambio de materiales, de colores o de luz. Sería deseable incluso mantener el olor a tinta y a papel característicos.
La recuperación de la iluminación propia del taller contará con la rehabilitación de todos los vanos, lucernarios y claraboyas que por razones de seguridad hoy se mantienen cegados.
Plantear el Centro de Interpretación como una serie de vitrinas de exposición de maquinaria es una opción absolutamente desestimada por los arquitectos que proponen la presente solución.
El visitante, por lo tanto, acudirá a ver una imprenta en funcionamiento con las características técnicas y de época propias del momento de su adquisición por la ciudad.
Esta propuesta de conservación del taller en funcionamiento suscita varias cuestiones. En primer lugar cómo hacer visitable la imprenta, en segundo lugar cómo encajar tal conservación íntegra del taller en el programa de necesidades que rige el presente concurso y en tercer lugar cómo prever el crecimiento de la colección y de la biblioteca, a medida que el Ayuntamiento vaya adquiriendo más fondos.
De todo el programa propuesto se deduce que la utilización del Centro puede ser de dos modos, el primero es aquel de las personas o grupos que vayan únicamente a visitar la imprenta y a quienes hay que ilustrar previamente mediante el oportuno programa audiovisual y experiencias organolépticas, de forma que la visita subsiguiente pueda ser más provechosa.
Se ha previsto una ampliación de la zona de recepción de la antigua imprenta a fin de que puedan caber grupos. La determinación del número máximo de visitantes vendrá dada por la facilidad de movimiento entre las máquinas en funcionamiento del taller. Parece conveniente que la zona de recepción tenga capacidad para grupos de alrededor de veinte personas (la clase de un colegio) aunque a partir de ese ámbito la visita se estructure en grupos menores. En esta zona de recepción se piensa, siguiendo la sugerencia de la “Propuesta de necesidades”, mantener el mobiliario existente adaptándolo a la nueva dimensión. Ya que el ámbito contará con el mostrador y muchas estanterías se puede realizar en él no sólo el control de acceso, sino la exposición y venta de publicaciones o merchandising del centro.
Desde la recepción se pasaría a un recinto en que el grupo pequeño se acomode y pueda seguir un programa audiovisual, o bien una breve charla con experiencias organolépticas incluidas. Se prevería la colocación a lo largo de los dos lados mayores de la estancia de estanterías o vitrinas donde guardar materiales o disponer sensores para dichas experiencias. En el centro podrían disponerse asientos sencillos desde los que seguir un programa audiovisual proyectado sobre una pantalla abatible que oculte hasta el fin de la proyección la puerta de acceso al taller.
Para la circulación de los pequeños grupos por la imprenta será necesario o bien guiarles o bien dotarles de audioguías, según el número de visitantes. Debe tenerse en cuenta acerca de la circulación de visitantes, que los redactores de la “Propuesta de primeras actuaciones…” prevén “la eliminación de algunas máquinas “ y reducir la zona de cajas “más o menos a la mitad”. Con ello, se podrían separar más entre sí las máquinas que deban permanecer, en la medida que su propio funcionamiento lo permita. Esta disminución de la densidad de maquinaria facilitaría la doble circulación de los operarios al servicio de las máquinas y de los visitantes con su guía. Junto a cada máquina podría situarse un monitor audiovisual que informe de su funcionamiento.
En la parte del taller más próxima a la plaza Ecce Homo se situará el cuarto de limpieza de materiales y el despacho de Dirección que tendrá salida directa al zaguán de la escalera de acceso a las viviendas.
Como puede observarse en los esquemas de funcionamiento del Centro, toda su actividad se ordena en torno a una zona de distribución y comunicaciones verticales que se sitúa al pie del patio de luces de la casa. Esta situación central facilita la circulación y la accesibilidad a todos los ámbitos del Centro.
Una vez concluida la visita de la imprenta, los visitantes a través de la galería central paralela al patio, en cuyo vacío se dispone la escalera de bajada al sótano, pueden llegar de nuevo a la recepción, con lo que habrán cerrado el circuito. A efectos de seguridad y economía, parece oportuno que la entrada y salida de visitantes se haga por la misma sala, eso facilita la compra de recuerdos al concluir el recorrido.
Hasta aquí nuestra proposición de respuesta a la cuestión de cómo hacer la imprenta visitable por el público.
La descripción del espacio físico de nuestra propuesta, que sigue, pretende atender a la segunda cuestión planteada antes: Cómo hacer compatible la conservación íntegra de la imprenta con el cumplimiento del programa de necesidades que rige el presente concurso. Para ello se sitúan el planta sótano todos aquellos servicios que la implantación de la imprenta y sus anexos ya referidos no permiten disponer en la planta baja.
El acceso al sótano se hace mediante dos escaleras, una de ellas que no tiene otro carácter que el de servir de vía de evacuación en caso de incendio, está situada en el extremo del predio más alejado de la fachada a plaza Ecce Homo, en situación análoga a la que ocupó la escalera de acceso a aquellas viviendas desde 1924 a 1938. La otra escalera, que será acceso habitual de visitantes, está situada en el vacío bajo el patio de luces. Su situación central facilita la economía de espacio de distribución en las dos plantas. Un ascensor idóneo, colocado en el centro geométrico de toda la parcela facilita la comunicación vertical eliminando las barreras arquitectónicas.
Las actividades previstas en el sótano serán normalmente independientes de la visita referida anteriormente al tratar de la planta baja.
El espacio mayor del que puede disponerse corresponde a la actual superficie de la parte del taller cubierta con cerchas. Para poder conseguir en él la mayor diafanidad en el sótano, habrá que reforzar la estructura de forma que nuevas jácenas sustenten el suelo de la planta baja para poder eliminar los actuales pilares.
Esta sala multiusos, de la superficie requerida en la “Propuesta”, tendrá dos accesos a efectos de evacuación: el normalmente usado en el lado menor del rectángulo más próximo a la escalera principal y otro próximo al otro extremo de la sala desde el que alcanzar la escalera protegida posterior.
En el lado menor que hace de fondo del espacio multiusos existen dos vanos tapiados, como existen otros dos en la vertical de los anteriores en la planta baja. Si, como es previsible, tras esos vanos existe un pequeño patio triangular a cielo abierto, se propone una diminuta plantación de papiros, visible, según su cota, desde la sala multiusos o desde la imprenta.
Junto a la sala multiusos se dispone de un taller didáctico al que se accede desde el vestíbulo central del edificio y que constará, como la anterior, de una salida de emergencia posterior. Se dotará de instalación de agua y vertido.
En la parte anterior del edificio, la recayente a Ecce Homo, se dispone la biblioteca, con sala de lectura, un archivo histórico y almacén de material. Los aseos generales se plantean en el extremo del distribuidor transversal del sótano.
Hasta aquí el planteamiento de distribución en planta del nuevo centro, sin más pretensión que el cumplimiento del programa de necesidades en la búsqueda de la utilidad del espacio y de su claridad de interpretación. Ni que decir tiene que el desarrollo del proyecto, en el caso de que nos corresponda, deberá llevarse a término escuchando a los expertos que el Ayuntamiento designe en la materia específica de la impresión.
Una última sugerencia respecto al funcionamiento del futuro Centro se refiere a la conveniencia de que la imprenta funcione a diario, independientemente de si se trata de momentos de gran afluencia de público o de otros en que escasee. Para ello podría preverse que la imprenta trabajara al servicio del propio Ayuntamiento, y el trabajo de los operarios que la llevasen fuese independiente de la frecuencia y cantidad de visitantes. Así, la sensación tras la visita no sería nunca la de haber visto un museo, sino un lugar de trabajo vivo.