Las prohibiciones creativas. Pequeñas transgresiones cotidianas del espacio público.
Workshop en la Universidad de Trento.
Los profesores Ignacio Grávalos y Patrizia Di Monte tutors del workshop organizado por la Universidad de Trento bajo la dirección de Chiara Rizzi y Pino Scaglione. Un grupo de alumnos de diversos cursos de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura debían trabajar sobre un parque existente en el límite de la localidad de Ala.
El parque, con una extensión de unos 10.000 m2, se sitúa en el extremo oeste del municipio, siendo considerado por los habitantes como un espacio periférico dentro del pequeño municipio. El laboratorio consistió en reflexionar sobre aquellos puntos que pudieran ser objeto de reactivación del uso de este espacio.
La primera semana del workshop los alumnos trabajaron sobre el análisis del parque, haciendo un trabajo de campo que recogiera la percepción ciudadana a través de unas fichas elaboradas por los mismos estudiantes, así como una documentación gráfica que contuviera aquellos datos imprescindibles para la realidad del entorno.
El parque está dividido en tres zonas, cada una de ellas dotada de un carácter bien diferenciado: la primera destinada al reposo, la segunda articulada en torno a la sede de la asociación Peter Pan, y la tercera, compuesta por una serie de pistas de tenis rodeadas por una topografía variable con grandes árboles que la dotan de una dimensión paisajistica.
El workshop, en su segunda semana tenía como objetivo la realización de una acción pop-up que permitiera establecer una reflexión sobre el carácter del parque.
Las conclusión principal detectada por los estudiantes incidía en que el lugar físico ya contenía todos los elementos necesarios para que se tratara de un espacio público activo. No era necesario construir piezas nuevas. Sin embargo, a través de las encuestas participativas, se detectó que existían una serie de normativas municipales y reglas de funcionamiento excesivamente restrictivas que impedían que el espacio fuera realmente activo. A modo de ejemplo, estaba prohibido jugar a fútbol o a criquet en la zona verde, no se podía hacer pic-nic, pasear perros, no se podían utilizar los servicios higiénicos existentes, etc.
Detectamos desde un principio cuestiones de proyecto que del mismo modo dificultaban el uso. Seguramente el parque resultaba excesivamente hermético ya que se desarrollaba en una franja longitudinal que no incorporaba conexiones transversales, directas con las zonas de viviendas adyacentes, que se recluían sobre sus propios espacios privados. Una vez dentro del parque, los elementos de iluminación estaban dispersos de un modo azaroso y dificultaban el juego en diversos espacios; los bancos estaban excesivamente separados unos de los otros de modo que impedían la interacción entre usuarios, algunos ámbitos quedaban totalmente ocultos de los recorridos. La suma de todas estas cuestiones provocaba que el parque fuera ignorado por los vecinos, que a pesar de ser el parque mayor y más interesante de la localidad, fuera un parque que a todos los efectos, parecía no existir.
La acción pop-up, por tanto, pretendía trabajar sobre alguno de estos aspectos poniendo de manifiesto estas interferencias que dificultaban la reactivación del espacio. Se trabajó con dos condicionantes ineludibles: la acción tendría que realizarse con escasísimos medios (material doméstico o reciclado en las zonas adyacentes) y debería ejecutarse en un plazo de 24 horas.
Tras una jornada de debate y puesta en común de consensos y diferencias, se decidió trabajar en dos líneas:
1_ Una intervención paisajística, con una escala global que permitiera que la actuación tuviera una presencia que excediera los propios límites, tanto físicos como mentales, del lugar. Se trataba de combatir la “invisibilidad” que el propio parque tenía para muchos de sus vecinos. Se debatió sobre un eslogan que denunciara esta circunstancia. “No me ves?”, “No me consideras?”, “No es verdad”,…decía el parque. Finalmente se optó por el mensaje de “¿No te sirvo?”. Esta frase, realizada con grandes letras, sobrevolarían el emplazamiento suspendidas de globos de helio, de modo que tuvieran una visibilidad simbólica desde numerosos puntos de la localidad. La potencia gráfica sobre el cielo de los dolomitas daría un mensaje claro y conciso. El parque reivindicaría su presencia
Cuestiones climatológicas impidieron disponer los globos para suspender las grandes letras a la altura deseada, por lo que se modificó la estrategia inicial por otra que, a la postre, resultó más interactiva con los ciudadanos. Las grandes letras, seguirían conteniendo esa condición “flotante y móvil”, pero serían los usuarios del parque (en este caso, principalmente niños y jóvenes) los que las trasladarían a aquellos puntos considerados como estratégicos.
2_Las otra línea trabajaban sobre el argumento de la prohibición. Se quería dejar de manifiesto la absurdidad de la negación (prohibición) de los numerosos usos que estaban siendo impedidos. De modo que el parque se iba a convertir durante la acción en un conjunto de innumerables prohibiciones que pudieran provocar “pequeñas reacciones transgresoras” de los ciudadanos ante un contexto burocratizado, controlado y regulado. Estas prohibiciones, distribuidas a lo largo del espacio público, estaban reforzadas en tres puntos concretos: la zona de los bancos, la zona del bar, la zona de la estancia.
En la zona de bancos, se seleccionaron tres de ellos que formaban un triángulo imaginario, con un banco en cada vértice del mismo, separados entre ellos por una distancia aproximada de unos veinte metros. Se unieron los tres bancos a través de una cinta por la que se iban a deslizar otros pequeños bancos móviles autoconstruidos que permitían el movimiento a lo largo de estos ejes, de modo que pudieran acercarse o distanciarse entre sí según las necesidades: coincidir con amigos, buscar una zona de sombra,…Detrás de esta acción, se escondía la primera prohibición, “Prohibido relacionarse”, y de modo inequívoco, la primera transgresión, en la que el ciudadano movería los bancos deslizantes a lo largo de la cinta según sus deseos.
La zona de la asociación creó una terraza con un pequeño bar. Se construyeron unas pequeñas piezas de mobiliario para el reposo con unas imponentes vistas sobre los Alpes. Todo ello con la absurda advertencia de la prohibición de mirar al paisaje y de servirse el zumo de naranja disponible en el bar.
En la tercera zona, más oculta por los grandes desniveles se dispuso una pequeña sala efímera, como si se tratara de la translación de una zona doméstica a un espacio público. De repente, en medio del parque surgía un enigmático espacio. Al acceder, el ciudadano se encontraba con el interior de una casa burguesa caracterizado por el sofá, los cojines, la mesilla y sus correspondientes libros, lámpara, termómetro, etc. Cada visitante, al acceder a esta pequeña burbuja, era fotografiado y formaría parte de una colección de imágenes surrealistas que serían posteriormente proyectadas sobre un edificio recayente al parque. Se trataba de un intento de reflexionar sobe la relación de los espacios públicos y privados.
A lo largo de la jornada, se realizaron todas estas acciones acompañados de todos aquellos ciudadanos que se quisieron involucrar en la acción junto con los estudiantes. Debe subrayarse el esfuerzo y la implicación de los integrantes del workshop, que decidieron compartir su tiempo y su energía en implicar la ciudadanía y reinventar una situación no dada.
Una ocasión para considerar la ciudad desde su misma realidad, desde la experiencia de lo cotidiano y una oportunidad para poner en valor el deseo por encima de lo normalizado que muchas veces “no tiene sentido”, tal y como escribió un niño en el tablón de sugerencias colocado en la entrada del parque…
Una intervención semántica derivada de la reflexión sobre las prohibiciones en el espacio publico dictadas por las normativas.
Agradecemos los profesores Chiara Rizzi y Pino Scaglione, el Dicam de Trento por la invitación, y el entusiasmo de todos los participantes: Gaia, Sabina, Anna Giulia, Valentina, Elisa, Dorotea, Alberto, Alessandro, Francesco, Leonardo, Leopoldo, Marco, Michele, Raffaele, Riccardo, Tommaso…