Esta semana se cierra el ciclo dedicado a los procesos narrativos de la Maison de Verre. Intervienen Ignacio Grávalos (grávalosdimonte arquitectos) y M.B.
“La maison de Freud”_Nacho Grávalos
1.
“Alrededor de 1927, un matrimonio con dinero y buena posición social, los Dalsace, buscaban en París una casa donde fijar su residencia. Cuando dan con el edificio, una casona entre medianeras de varias plantas encerrada en un patio de manzana, ésta se encuentra en tan mal estado que tanto los futuros propietarios como el arquitecto acuerdan derribarlo y reconstruirlo. Pero una anciana que vivía en el tercer piso se niega a abandonar su residencia, por lo que finalmente se decide demoler los dos pisos inferiores y mantener lo que había por encima. Estas dos exigencias determinaron el uso de estructura metálica y la elección del vidrio para la fachada.” (*)
2.
Una amiga me comentó una vez la siguiente anécdota. Era una temporada en la que estaba saliendo de una depresión y acudía regularmente a un psiquiatra. En una de las sesiones él le preguntó si ella conseguía dormir bien. Ella respondió que no, que con frecuencia se despertaba por los ruidos que la vecina del piso superior producía a mitad de noche. Era como si se pusiera a arrastrar muebles de un lado a otro de la casa. Sin embargo, una vez despertada, estos ruidos dejaban de producirse.
El psiquiatra le dijo que lo que ella oía por las noches no eran los ruidos de la vecina, sino el rumor que provocaba su propia mente al intentar reordenar sus ideas.
(*)”La maison de verre. La sensualidad de lo velado”. Alfonso Díaz Segura. Publicado en Via-Arquitectura, 12.
“Acto I”_M.B.
Salón de la Maison de Verre, construida por el arquitecto francés Pierre Chareau y el arquitecto holandés Bernard Bijvoet, en 1928/1932, en París, 31 rue Saint Guillaume.
Ella: Mucho interés en que Chareau hiciese la reforma del edificio para nuestra vivienda y ya ves lo que nos ha creado, parece el interior de las fábricas de mi padre.
El: (Dr. Dalsace) Yo intercedí ante Pierre para este proyecto, por simbolizar y atenerse a las enseñanzas de Le Corbusier, o incluso de Luçart, pensando que no le influiría tanto el holandés Bijvoert. Tu sabes que Pierre, después de haber realizado el Club House de Beauvallon, con este edificio-vivienda, que tu censuras, proporcionó la más original versión de la moda actual, según todos los críticos.
Ella: Sí, ya lo leí el otro día, que “esta construcción es un ejemplo de montaje experimental de materiales de producción corriente”, sólo hay que ver los pilares metálicos con empalmes roblonados, igual que las naves de la fábrica de papá. Sólo faltaban las dos fachadas acristaladas con eso que llaman pavés, que tapan la visión del jardín.
El: Te insisto, eso que tan hábilmente censuras, no deja de reflejar la poética del material moderno que subraya todo el detalle constructivo.
Ella: Parece que me estés leyendo el artículo de Pierre Patout, de cómo el Art Deco se presta de esta manera a ceder el paso a una alegoría de sublimados motivos tecnológicos.
El: Me marcho a la clínica. Ya verás que, con el tiempo, te gustará vivir aquí.
Ella: Eso espero.
Se apaga la luz y el telón cae rápidamente.