Se trata de la ampliación temporal de un centro cultural en un solar adyacente. Para ello se dispone de una serie de contenedores que construyen una medianera ampliada (con programa) y delimitan una línea de fachada, abrazando un patio que albergará numerosas actividades culturales.
Los contenedores están dispuestos en dos niveles y presentan una secuencia de espacios cerrados, cubiertos y abiertos. Albergan usos diversos, como un bar-cafetería, un cine-forum, una sala de música, una sala de lectura y unos espacios de servicio y almacenaje. Por una parte, está comunicado con el centro cultural existente a través de mecanismos de “arquitectura parásita”. Por otra, exhibe una permeabilidad hacia la vía pública, subrayando el carácter abierto y participativo de los programas culturales desarrollados.
Los contenedores, caracterizados mediante recursos gráficos, han sido modificados, presentando grandes aberturas que permiten la iluminación o la conexión entre diferentes piezas, transmitiendo la imagen efímera y evanescente de las emociones culturales.